¡El Llanto! ¿Del niño o los padres?

El llanto es la primera forma de comunicación que tienen los niños desde su nacimiento, para el adulto el llanto indica alegría, tristeza o dolor (casi siempre emocional), sin embargo, en el caso de los niños menores de 3 años, el llanto representa incomodidad, necesidad, deseo, angustia, temor, ira, resistencia y también dolor si está enfermo. Por eso es tan difícil de reconocer la causa cuando los niños lloran, y se crea en los padres tanta frustración.

En esta etapa del desarrollo, el llanto es la forma de comunicación empleada antes de la aparición del lenguaje, es la etapa donde los seres humanos inician el aprendizaje para manipular a través de esta forma de expresión, es decir, donde comienzan a comprender que determinadas acciones pueden producir desequilibrio en las otras personas y aprenden a utilizarlas para conseguir lo que quieren, por ello el rol que tomen los padres ante esta forma de expresión es de suma importancia, porque cualquier descontrol puede agravar la manifestación comunicacional y generará un mecanismo donde el niño no distingue cuando debe o no llorar para satisfacer su necesidad. Ej: si quiere que lo saquen de la cuna “llora” si quiere comer “llora” si no le gusta la comida “llora”, si tiene frío “llora”, si se siente solo “llora”.

Generalmente los ninos que lloran son inmaduros y tienen baja tolerancia a la frustración, es decir, ante cualquier fracaso o ante cualquier “no” lloran y tienen poca capacidad para solucionar sus problemas, entonces cuando algo no les resulta como esperaban, lloran… en fin, por todo “lloran” creándose el tipo de niño “inconsolable”.

No es fácil tener un niño así en casa, el lloriqueo continuo se transforma en un verdadero problema que agota y cansa física y mentalmente a los padres y al niño. Lo normal, es que a partir del año y medio el llanto comience a reducirse y manifestarse en cosas que realmente ameritan ese estado, pero es importante que los padres conozcan a sus hijos y comiencen a incorporar con amor la diferencia entre pedir las cosas llorando o usar otros medios de expresión. Cuando esto no es así, es momento de preguntarse cuáles son las causas que han formado a un niño llorón.

Otro tipo de niño es el regalón-llorón. En este caso se trata de niños que son excesivamente sobreprotegidos, a quienes los padres tratan de evitar a toda costa cualquier problema. Son ninos muy consentidos y se enferman con frecuencia debido a que la sobreproteccion de los padres les hace mas dificil la adaptacion de su cuerpo a los organismos externos del medio ambiente.

Otros tipos de niños lloran por aburrimiento porque hay padres que no saben incentivarles a jugar y el único juego que ellos conocen es estar arriba de la mamá molestando o lloriqueando. En estos casos la solución está en que los padres enseñen a sus hijos desde pequeños, alternativas de entretenimiento diferentes a la interacción con ellos.

Y ahora bien, habiendo conocido algunas de las causas porque los niños lloran, les exhorto como padres a educarse, solo con educación evitará mucho de los problemas que tendrán con sus hijos en esta y las siguientes etapas del desarrollo. Recuerden que la educación y la seguridad de los padres es fundamental. Un padre que se educa tendrá por seguro niños que lloren menos y sean más estables emocionalmente.

RECOMENDACIONES:

Para evitar las situaciones anteriores debe aprender a encauzar las manías de sus hijos, así como la razón por la cual manifiesta el llanto. En sus manos está ser buenos paños de lágrimas y prevenir un posible problema de la conducta.

Conozca el reloj biológico de su hijo: La sensación de hambre puede generar un llanto automático y esto puede resolverse creando un hábito alimenticio donde el niño aprenda según va creciendo que la comida llega a una hora determinada y que no necesita llorar para pedirla.

La incomodidad física: Asear al bebé con frecuencia es fundamental y en la medida que va creciendo irá adoptando por sí mismo esta sensación de limpieza y le será más fácil dejar los pañales.

El dolor por enfermedad o malestar: El cuerpo de los niños se encuentra en un proceso de cambio frecuente y la adaptación biológica al medio ambiente puede desencadenar algunas molestias normales en su organismo o enfermedades en caso de exposición a un nuevo ambiente. El llanto por dolor es inconfundible cuando se aprende a conocer al niño, este viene acompañado de otras expresiones corporales como intensidad en el movimiento del cuerpo o (el contrario) inmovilidad, abultamientos, inflamaciones, enrojecimientos, entre otros sintomas que aumentarán o disminuirán el llanto cuando se le toca el área. En estos casos es necesario acudir a un doctor, esta será también una forma de ir conociendo ciertos síntomas y manifestaciones.

Evite reforzar el llanto: Ahora que sabe que el llanto es la forma de comunicación del niño ensénele a pedir las cosas de otra forma, no le de tanta importancia al lloriqueo, no lo consienta cuando este en ese estado, incentívelo a calmarse y entonces si abrácelo y invítelo a sonreír con su sonrisa. La idea de enseñarle que las cosas se piden con palabras en importante, aunque ellos no sepan aún hablar, esto ayudará muchisimo cuando aprendan.

Sea consistente. Decirle si a todo cuando el niño llora y al día siguiente negarle las cosas incrementa el llanto, le crea confusión al niño y lo estimula a desarrollar el síndrome de oposición o rebeldía. Esa conducta contradictoria como padre rompe el esquema de aprendizaje sano del niño. Recuerde que los límites de lo que se da y de lo que se puede hacer, deben ser claros desde muy pequeños.

No ceder al llanto por cansancio. Esta es una de las conductas mas frecuentes en los padres, intente distraer al niño con algo más atractivo, expongalo a un medio ambiente diferente, use la música como estimulante para la calma, ayude al niño a expresarse verbalmente (si supera los 10 meses).

Por último, no olvide que el niño utiliza el llanto para atraer su atención y comunicarse, entonces usted debe aprender a reforzar el estímulo sano que genera otro tipo de lenguaje y demostrarle a su hijo lo feliz que le hace cuando pide algo sin llorar, recuerde que su presencia frecuente genera estabilidad emocional y por ende reducirá el llanto.

¡Gracias por querer aprender!

"Todos los conflictos familiares terminan con educación" - Benita Méndez